El camino de las mujeres y las disidencias es como el del salmón, un nadar constante a contracorriente, donde llegar a nuestro destino -a nuestros sueños- a veces parece imposible, pero otras veces, como en esta ocasión, el camino se llena de luz, y ese nadar se vuelve un viaje acompañado.

El medio cinematográfico en México es profundamente patriarcal, es jerárquico y competitivo, por eso le intimida el potencial de las mujeres. Le intimida y lo desprecia, nos subestima, nos objetiviza, nos violenta, es por eso que vemos tantos hombres promedio ganando festivales con obras mediocres y mujeres geniales tocando puertas para sobrevivir, al tiempo que se recuperan de todas las violencias que han ejercido contra ellas desde la escuela hasta el set profesional. Lo más chingón, es que a pesar de esas violencias, o quizá a causa de ellas, ya no queremos luchar para que la contracorriente se ponga de nuestro lado, ahora estamos creando nuestra propia corriente, nuestro propio sistema, porque ya no queremos insertarnos en un medio audiovisual de estructuras verticales, donde la sed de poder y dominación impera en las relaciones de trabajo, lo único que queremos es hacer cine y compartir nuestras ideas, nuestras inquietudes, queremos desarrollarnos con libertad y respeto y, por qué no, con amor.

Tenemos muchos retos que atravesar, personales y políticos, pero yo estoy segura que el primer paso para vencer al patriarcado es la dignidad, sabernos merecedoras de espacios libres de violencia, merecedoras de amor y comprensión, y así avanzar hacia la construcción de un comunidad horizontal, donde todas y todes seamos humanamente equivalentes, donde las relaciones sean justas y las diferencias sean la oportunidad para conversar y obtener , de ese diálogo, una nueva idea nutrida por puntos de vistas distintos.

Las admiro, las quiero porque son el verdadero ejemplo a seguir, porque sé que juntas lo vamos a tirar, juntas vamos a construir un nuevo cine. Las mujeres, históricamente hemos sido invisibilizadas, pero hemos sabido resistir ante ello.

Cada momento tiene su movimiento, su manifestación, y con ello hemos sabido demostrarlo presentes que estamos. Y es, como parte de esta resistencia, que salimos a las calles y nos adueñamos del espacio público, el cuál se nos ha negado. Con ello hemos tomado también nuestros lugares en el universo de la creación y las artes. Y es así que un colectivo de mujeres se junta, dialoga, se cuestiona y se integra para tejer una red que nos impulse en conjunto, creando espacios que congreguen las miradas con las que narramos nuestro entorno.

El punto de vista en las nuevas narrativas pretende crear en el espectador una conciencia mujeres estamos contando la historia de la humanidad.

Les agradecemos profundamente ser parte de este encuentro y deseamos que quede esta primera edición como esa manifestación en 2022 de que las mujeres y disidencias que hacemos obras audiovisuales y que estamos resistiendo.

ATENTAMENTE